|
REENCARNACIÓN
Cuando llega la hora de la muerte, concurre
al lecho del agonizante el Ángel encargado de cortar el Hilo de la
Existencia.
En el instante preciso en que exhalamos el
último aliento, el Ángel de la Muerte saca el Alma del cuerpo y corta con
su guadaña el Cordón de Plata, cierto hilo misterioso, plateado, que
conecta el Alma con el cuerpo físico. Tal cordón magnético puede alargarse
o acortarse hasta el infinito.
El sueño se dice que es una muerte chiquita; sabido es que durante el
sueño el Alma no está entre el cuerpo; viaja a remotas distancias y
entonces el Hilo de Plata se alarga infinitamente. Gracias a tal hilo
puede el Alma regresar al cuerpo físico en el momento del despertar
después del sueño.
Los moribundos suelen ver al Ángel de la Muerte con una figura espectral,
esquelética, ataviado con los trajes funerales. Es claro que esta figura
tan siniestra sólo la asume cuando está trabajando; fuera de su trabajo
asume hermosas figuras, ya de niños, ya de damas o de venerables ancianos.
Los Ángeles de la Muerte nunca son malos o perversos. Ellos siempre
trabajan de acuerdo con la Gran Ley; cada cual nace en su hora y muere
exactamente en su tiempo.
Las almas de los muertos recapitulan o repasan en forma detallada la vida
que acaba de pasar; este procedimiento se realiza siempre
retrospectivamente; durante tal proceso las almas recogen sus pasos, viven
en aquellos lugares donde antes vivieron, repiten siempre lo mismo, los
mismos hechos, los mismos sucesos.
Cuando llegan a revivir los instantes de la primera infancia parecen
niños. Es obvio que una vez repasada la vida tal como sucedió, se
presentan ante los Señores del Karma, ante los Tribunales de la Ley,
listos para ser juzgados. Esto es lo que se llama presentarse uno ante los
tribunales de Dios.
De tal juicio, de tal fallo, resulta el porvenir de cada Alma. Algunas
almas suben a las regiones celestes antes de regresar a este mundo; otras
entran en los mundos infiernos, situados estos últimos dentro del interior
de la Tierra; y otras, finalmente, regresan inmediatamente o medianamente
a este valle de lágrimas.
Esto de retornar o regresar a este mundo suele ser bastante doloroso.
Desgraciadamente, siempre nos toca regresar.
Los Ángeles de la Vida conectan el Hilo de Plata con el zoospermo que va a
ser fecundado en una matriz.
La criatura se gesta en el vientre, pero el Alma que regresa sólo entra
realmente en el cuerpo en el instante en que el niño hace la primera
inhalación de aire. Comprender esto es vital e indispensable.
Así pues nosotros, antes de esta vida que tenemos actualmente, tuvimos no
sólo una pasada existencia, sino muchas otras.
Es ostensible que las gentes no recuerdan sus vidas pasadas porque tienen
la Conciencia dormida; si las gentes tuvieran la Conciencia despierta,
entonces es obvio que recordarían todas sus anteriores existencias.
Uno debe esforzarse en hacer obras de caridad, vestir al desnudo, dar de
comer al hambriento, dar de beber al sediento, enseñar al que no sabe,
etc., etc., etc., para que en su futuro retorno, para que de regreso a la
Tierra después de la muerte, renazca en lugares bellos, hermosos, entre
gentes de buenas costumbres, con mucha abundancia, paz y prosperidad.
1. -¿Existen Ángeles de la Vida y Ángeles de la Muerte?
R.- Con el mayor gusto responderé a su
pregunta. Los Ángeles de la Muerte concurren a los lechos de los
agonizantes y viven normalmente en la Quinta Dimensión, en el Mundo Astral
del cual nos habla el esoterismo y el ocultismo. Cada cual nace de acuerdo
con su propio destino; unos nacen en familias ricas y muy adineradas, y
otros regresan o retornan entre gentes pobres y miserables.
|
|
Si hicimos bien en nuestra pasada
existencia, recogemos ahora el premio, volvemos a hogares donde nada nos
falta y tendremos comodidades de toda especie.
Si hicimos mal, sin malgastamos el dinero,
si fuimos avaros, si explotamos al prójimo, si cometimos el error de robar
o de arruinar a otros, si hicimos mal uso del dinero, es evidente que nos
toca volver entre familias miserables, vestidos con cuerpos de mendigos,
infelices, hambrientos y desnutridos. Así cada cual recoge el fruto de sus
propias acciones.
Los Ángeles de la Vida tienen figuras de niños, saben mucho de medicina
oculta, tienen poder sobre las aguas de la existencia, sobre la matriz,
sobre el líquido amniótico, sobre los órganos creadores, y viven
normalmente en la Cuarta Dimensión, en el Mundo Etérico.
No hay duda de que los Ángeles de la Vida trabajan con las mujeres durante
el parto. Ellos pueden abrir toda matriz y ayudar en todo nacimiento;
suelen ser médicos asombrosos, realmente ellos son los encargados de
conectar el Hilo de la Vida con el zoospermo fecundante; ellos son los
agentes secretos que ayudan a toda mujer parturienta.
2. - Entonces, de acuerdo con lo que usted nos explica, ¿existe la
predestinación y puede uno llegar a cambiarla?
R.- Distinguida dama, vamos a dar respuesta a tal pregunta. Es ostensible
que existe la predestinación. Realmente esta última es el resultado de
todas las acciones buenas y malas de nuestras pasadas existencias. Si uno
roba, le robarán; si mata, le matarán; etc., etc., etc. Por ejemplo, voy a
narrarles ahora un caso muy interesante. Sucedió que un joven y tres
compañeros amigos salieron de viaje desde México hacia los Estados Unidos.
Empero tuvieron un acontecimiento trágico: El carro en que viajaban fue
golpeado por otro y en esto hubo contragolpes con otros vehículos que
también circulaban por la carretera con un saldo de dos muertos y dos
heridos.
Cuando nosotros investigamos en los mundos superiores pudimos evidenciar
lo que es la Ley de la Predestinación. Uno de los muertos, el primero de
ellos, fue, dijéramos, instantánea su muerte; pereció en el momento
preciso del choque. Otro sufrió quemaduras de tercer grado y después de
veinte días exhaló el último aliento. El tercero fue el conductor del
coche, el cual sólo tuvo una dislocación del brazo y una pequeña herida en
una pierna. Y otro, el cuarto, sufrió tan sólo una leve herida en la
cabeza. Nosotros investigamos especialmente a los tres primeros y el
resultado fue el siguiente: quien pereció primero había vivido en México
durante la época de Don Profirió Díaz; es claro que había sido un rico
poderoso, un gran hacendado déspota, que gozaba atropellando a los pobres
trabajadores, echando los caballos sobre los campesinos en los caminos,
etc., etc.
Quien muriera de quemaduras graves, había cometido el error de echar
gasolina sobre los cuerpos de sus hermanos cuando estos últimos dormían en
la noche y luego les había prendido fuego; ese había sido pues su delito
más grave en su pasada existencia y ahora perecía entre un carro
incendiado, moría con quemaduras de tercer grado.
En cuanto al tercero, había hecho sufrir a un joven en su pasada
existencia. Resulta que en pandilla de muchachos lo habían golpeado y le
habían dislocado un brazo jalándoselo violentamente; ahora recibía la
consecuencia durante el accidente. Así pues cada cual nace con su propio
destino.
Podría ser modificado el destino haciendo muchas obras de caridad,
dedicándose al bien, practicando las obras de misericordia, etc., etc.
Queda pues aclarado el hecho concreto de que el destino también puede ser
modificado, porque cuando “una ley inferior es transcendida por una ley
superior, la ley superior lava a la ley inferior. Haz buenas obras para
que pagues tus deudas”.
V.M. SAMAEL AUN
WEOR |
|